Evaluación Psicológica Para Conducir

Su objetivo principal no es hacer un diagnóstico de salud mental, sino medir las aptitudes y capacidades psicomotoras y perceptivas mínimas necesarias para operar un vehículo de forma segura.

Aunque el rigor y las pruebas específicas varían según el país o la región, una evaluación estándar para conductores (ya sea para obtener la licencia por primera vez o para renovarla) generalmente incluye las siguientes áreas:

Se evalúa si los sentidos, cruciales para recibir información del entorno, funcionan adecuadamente.

Examen Visual (Optometría): Agudeza Visual: La capacidad de ver con claridad (leer letras en la tabla de Snellen). Percepción de Profundidad (Estereopsis): Habilidad para juzgar distancias. Campo Visual: Qué tan amplia es la visión periférica. Visión de Colores: Detección de daltonismo, especialmente para los colores del semáforo. Deslumbramiento: Capacidad de recuperación tras ser encandilado. Examen Auditivo (Audiometría): Se mide la capacidad de escuchar sonidos (tonos) a diferentes frecuencias en una cabina insonorizada. Es vital para oír bocinas, sirenas o ruidos del propio vehículo.

Esta es la parte más «famosa» del examen, donde se utilizan máquinas específicas para medir la coordinación y los reflejos.

Coordinación Visomotora (Bimanual): Qué es: La capacidad de coordinar lo que se ve con los movimientos de ambas manos simultáneamente. Prueba Típica: El «test de las palancas» o «test de la tijera». El aspirante debe manejar dos mandos (palancas o perillas) para guiar un punto o una figura a lo largo de un camino sin salirse de los bordes. Tiempo de Reacción: Qué es: Mide la velocidad con la que una persona responde a un estímulo (visual o auditivo). Prueba Típica: El aspirante debe presionar un botón o un pedal lo más rápido posible en cuanto aparece una señal (ej. una luz roja). Anticipación de la Velocidad: Qué es: Habilidad para estimar la velocidad y trayectoria de un objeto en movimiento y calcular cuándo llegará a un punto. Prueba Típica: Se muestra un objeto (a menudo un coche) que se mueve en la pantalla y se oculta. El aspirante debe presionar un botón justo en el momento en que calcula que el objeto llegaría a una meta.

Estas pruebas a menudo están integradas en las pruebas psicomotoras.

Atención y Concentración: Se evalúa si la persona puede mantener el foco en una tarea monótona (como la prueba de coordinación) sin distraerse. Toma de Decisiones: En pruebas más avanzadas, se pueden presentar múltiples estímulos y el conductor debe decidir a cuál reaccionar y a cuál ignorar.

Esta es la parte más «psicológica» y médica. Es un cuestionario o una entrevista breve con un profesional de la salud (médico o psicólogo) para detectar «banderas rojas» evidentes.

Historial Médico: Preguntas sobre enfermedades crónicas (diabetes, epilepsia, narcolepsia, condiciones cardíacas). Medicamentos: Se investiga si el aspirante toma fármacos que puedan causar somnolencia, mareos o afectar los reflejos (ej. ansiolíticos, antidepresivos, relajantes musculares). Hábitos: Consumo de alcohol u otras sustancias. Salud del Sueño: Se indaga sobre la calidad del sueño (para detectar riesgos como la apnea del sueño no tratada, que causa somnolencia diurna severa).